Acabo de ver el recital que diera Pink Floyd el año pasado en el famoso Live 8. No pude evitar sentir una sana envidia por quienes lo presenciaron, y fue en ese momento cuando pensé: ¡que injusto este planeta tierra! esos londinense no solo tienen la posibilidad de ver y escuchar a David, a Rick o a Roger por separado... ¡sino que además los ven a todos juntos después de 24 años!
Que injusticias que se cometen en el mundo, ahora bien, el Live 8 no era ¿contra las injusticias? Tengo entendido que era por los países del África, en fin, por los países del tercer mundo.
Que dilema, que contradicción. Pero debe tener su razón.
Ahora, YO, individuo anónimo del tercer mundo… sufrí injusticias y las sigo sufriendo, desde el momento que me tengo que bajar un pedazo del impresionante recital que se dio aquel día en directo y en sintonización perfecta, implicando una organización magna, sin precedentes en la historia de la música, ni en la historia del hombre y su pasión por el arte… ¡nunca se había visto nada tan racional y perfectamente calculado! ¡Todos los mejores o mas reconocidos artistas del mundo “civilizado” se juntaron esa noche para tocar por nosotros los pobres! ¡Que buenos!
Pero se quedaron cortos…fueron medio mediocres. ¿Por qué? Miren por que:
1. Yo, personalmente, tengo que bajármelo en baja calidad, cosa que no justifico y me parece aberrante -lo de bajarlo no, ¡lo de la baja calidad!- porque la plata que me sale comprar el DVD original, equivale a una semana de comida para mi! ¿NO ES ESO INJUSTO?
2. Peor aún, porque no los pude ver yo en vivo en el parque sarmiento en Córdoba, porque no pudo un brasilero verlos en Rio, o porque no los vio un egipcio en el Cairo, o un Nigeriano desde su bendita y bien enarbolada capital, porque no un filipino, ¿porque? Solo pude ver occidentales bien alimentados en el Hyde Park. No estaba tan errado el Sr. Noel Gallagher cuando dijo que sin ser cínico le parecía mal un “recital hecho por músicos bien alimentados” –a lo que agregaría- que viven en sus casitas cómodamente acuarteladas y lejos de la miseria de la pobreza.
Hay que reconocer: la intención es lo que cuenta, y el dinero recolectado debe de ser una buena motivación para volverlo a hacer. Pero diría, esta vez, ¡no sean mediocres muchachos! Si queremos hacer algo gigante, lo hagamos titánico:
¿Porque no organizarlo en lugares donde la gente no podría pagar el equivalente a su alimentación semanal para verlos? Por ejemplo, organizándolo en esos países tercermundistas para darnos una felicidad.
Y de paso poniéndonos económicos como a ellos les gusta, porque no motivamos a la gente adinerada del primer mundo a que gaste de su hermoso capital en viajar y verlos desde aquí abajo? El beneficio seria doble, económico para el tercer mundo de abajo, y cultural para el primer mundo de arriba.
¡Vamos traigan sus utilidades y a la vez eliminen esos estereotipos sobre nosotros! (No se porque me da espina… tengo ese presentimiento de que les daría venir a estados tercermundistas, “inestables”, con altos porcentajes de “conflictividad social”, con altas probabilidades de contagiarse de enfermedades endémicas! Y demas…no los juzgo…EL MUNDO ES INJUSTO)
MORALEJA DEL DIA DE HOY: Que la ayuda implique mas un esfuerzo…y menos una satisfacción… ¿no? … sino no es ayuda para el otro…es una auto-ayuda.
No hay que ser tan racional con la ayuda…la ayuda tiene que sentirse…desde adentro…desde la pasión…y no desde el bolsillo.
Bueno cualquier cosa…me llaman que yo les organizo algo como la gente…como la gente del tercer mundo.
